Houston Dynamo: Entre la Luz del Gol y la Sombra de la Eliminación
(image via Aldo Canale)
El sábado por la noche, el Shell Energy Stadium se vistió de urgencia. El Houston Dynamo saltó al césped sabiendo que el guion era claro: ganar o morir un poco más en la tabla. Tres puntos lo separaban de San Jose y del último boleto a los playoffs. Pero lo que debía ser un clamor de esperanza terminó convirtiéndose en una nueva página de frustración.
Un Inicio de Cine Negro
El minuto 28 abrió el telón. DeJuan Jones aceleró por la banda derecha y lanzó un centro raso que cruzó el área. Como un depredador que huele sangre, Cristian Arango apareció entre defensores naranjas para empujar la pelota a la red. Era el 0-1 y, con él, el eco de una temporada donde Houston ha aprendido a sufrir primero en casa.
El Dynamo intentó despertar. Griffin Dorsey, pura garra, desbordó y sirvió a Júnior Urso, que remató con fuerza, pero el arquero Daniel negó el empate. Más tarde, cuando Ezequiel Ponce cabeceó a gol y el estadio explotó, la bandera del offside bajó el telón de la ilusión. Una escena cruel que resume la película de 2025: un equipo que celebra… pero la realidad le arrebata la sonrisa.
El Segundo Gol: Un Puñal en Silencio
Apenas pasados los 60 minutos, Houston volvió a morder el polvo. Un córner mal defendido, un rebote al borde del área, y Ian Harkes, con un disparo seco, convirtió el 0-2. El silencio fue tan pesado como el cemento. Ben Olsen lo describió con claridad: “Fue un partido parejo, pero ellos hicieron más en las jugadas importantes que nosotros”.
Antonio Carlos, El Suspiro de Esperanza
En el 72’, un rayo de épica iluminó el cielo texano. Jack McGlynn cobró un córner con veneno, y Antonio Carlos saltó como un gladiador. Su cabezazo no solo perforó la red: también atravesó las manos del portero Daniel, cómplice involuntario del primer gol del brasileño con la camiseta naranja.
“Estoy orgulloso del gol, pero queríamos la victoria”, diría después Carlos. Era el 1-2, el renacer de la esperanza. Un instante donde el público creyó que todo era posible.
El Último Asedio
El Dynamo se lanzó al frente. Ponce y Dorsey presionaron, la pelota vivía cerca del área de San Jose, y el estadio, como una sala de cine al borde del clímax, esperaba el giro final. Pero el tiempo se escurrió sin redención. El pitazo final fue más cruel que cualquier derrota abultada: Houston murió de pie, pero murió igual.
La Realidad en la Tabla
Con la derrota, la película se vuelve más oscura. Houston extendió su mala racha a seis partidos sin victoria y cayó al puesto 11 del Oeste con 29 puntos. San Jose, en cambio, se afianzó en el último vagón de playoffs con 35. El margen se amplía y el camino se estrecha: siete partidos por delante, siete finales donde ganar ya no es una opción, sino una obligación.
Más Que un Partido: Un Guion Incompleto
Este encuentro no fue solo un 1-2. Fue una radiografía del Dynamo en 2025:
Un inicio dormido que siempre obliga a remar contracorriente.
El balón parado como arma de doble filo: da vida con Carlos, pero condena con Harkes.
Corazón sin recompensa: el esfuerzo no se traduce en puntos.
Ben Olsen lo sabe: “He visto remontadas en la MLS. No estamos fuera de esto. Pero tenemos que limpiar muchas cosas”.
La Trama del Futuro
Ahora el Dynamo viaja a St. Louis, donde el libreto es sencillo y despiadado: ganar cada partido que queda. Tal vez no baste. Tal vez sí. Pero lo cierto es que esta temporada ya se ha transformado en una película de suspenso, donde cada minuto es vital y donde la afición espera el giro inesperado que convierta a este equipo en protagonista de una epopeya de redención.
Próxima cita: St. Louis CITY SC, sábado 30 de agosto, 7:30 p.m. CT. Otra escena, otra oportunidad, otro capítulo en esta historia que aún no se ha terminado de escribir.

