Un equipo sin colmillo deja escapar la victoria bajo las luces de Los Ángeles
(image via Houston Dynamo FC)
El cielo nublado sobre el Dignity Health Sports Park parecía anticipar otro desenlace agridulce para el Houston Dynamo. La noche californiana fue testigo de una historia de oportunidades desperdiciadas, escasa autoridad y promesas incumplidas por parte del equipo de Ben Olsen. Con todo servido para confirmar un cambio de rumbo tras una expulsión y un tiro libre al borde del área, volvió a evidenciarse la falta de madurez del conjunto texano.
Y entonces, surgen las preguntas... ¿Hasta cuándo se seguirá culpando al último mercado de pases? ¿Cuándo llega el momento de asumir la responsabilidad y hacer autocrítica? ¿Dónde quedó ese equipo de Olsen con fuego en la sangre?
El Dynamo se termina conformando con un empate 1-1 ante un LA Galaxy que supo resistir ante la adversidad. Era el colista de la tabla, sí, y el partido era de visita, pero si se aspira a grandes cosas, estos son los encuentros que hay que ganar.
Desde el primer silbatazo, el ambiente se llenó de expectativa. El Dynamo, sediento de triunfo, desplegó un fútbol vertical que encontró premio rápido. Al minuto 14, una elegante secuencia de toques en el mediocampo terminó en los pies de Sebastian Kowalczyk, quien asistió a Amine Bassi. El marroquí, tras controlar el balón, disparó desviado… o tal vez buscó a Ponce. Lo cierto es que Ezequiel Ponce apareció en el lugar y momento justo para empujar la pelota con sutileza y encender a la hinchada visitante. El 1-0 prometía una noche redonda.
El panorama mejoró aún más para los texanos al minuto 28, cuando Zanka fue expulsado tras derribar a Ponce, quien se iba solo al gol luego de un gran pase de Franco Escobar. El árbitro no dudó: roja directa. Con un hombre de más y el marcador a favor, todo parecía indicar que la victoria estaba al caer.
Pero el fútbol tiene su propia lógica. A pesar de la ventaja numérica y en el resultado, el Dynamo no supo liquidar el partido. El primer tiempo terminó con una ventaja mínima que resultó ser insuficiente.
En la segunda mitad emergió un Galaxy combativo, negado a caer. Al minuto 57, un tiro libre frontal se transformó en su gran oportunidad. Diego Fagundez, con precisión quirúrgica, colocó el balón en el ángulo, inalcanzable para Blake Gillingham, quien suplía al lesionado Tarbell. El estadio estalló mientras el portero del Dynamo solo pudo seguir la trayectoria del balón con la mirada.
El gol sacudió al Dynamo, que respondió de inmediato. Apenas segundos después, Kowalczyk sirvió un centro perfecto para Ponce, que cabeceó con potencia. Pero el balón dio en el poste, frustrando una vez más a los texanos. El sonido del esférico golpeando el aluminio sonó a sentencia anticipada.
Los minutos pasaban y crecía la frustración. Aunque Houston controló la posesión y generó varias llegadas, no pudo volver a marcar. El Galaxy, fiel a su libreto de resistencia, buscó sorprender al contragolpe. Al minuto 81, Paintsil y Pec lideraron una jugada que pudo cambiarlo todo, pero apareció Kowalczyk con un cruce heroico para evitar la caída.
En los últimos instantes, el Dynamo atacó con desesperación. Un centro de Griffin Dorsey encontró otra vez a Ponce, que no logró dirigir su cabezazo al arco. McGlynn tuvo la última, pero su disparo se perdió en la noche angelina.
Tres minutos de adición no fueron suficientes para cambiar la historia. El silbatazo final dejó un 1-1 que supo a derrota. Un punto que suma en la tabla, pero duele por cómo se dio: más de una hora con superioridad numérica ante un Galaxy que aún no conoce la victoria en 2025.
Con la mirada puesta ahora en el Shell Energy Stadium, donde recibirán a los Colorado Rapids el próximo sábado, los dirigidos por Olsen deberán convertir la frustración en motivación. Porque en el fútbol, como en la vida, las segundas oportunidades existen… pero no siempre se repiten.