El Capitán regresa a casa: Dynamo conquista el Texas Derby en Frisco

(image via Houston Dynamo FC)

Después de catorce años sin celebrar en suelo rival, el Houston Dynamo reescribió la historia del Texas Derby con letras doradas. No fue una victoria más: fue un imponente 2-0, adornado con dos golazos de jerarquía, con fútbol de autor y orgullo tejano. El equipo rompió la maldición de Frisco y trajo de regreso a casa al legendario Capitán, ese cañón que representa la supremacía futbolística en el estado de la estrella solitaria.

Este triunfo va mucho más allá de las estadísticas. Representa un cambio de mentalidad. Porque el Dynamo no fue al norte de Texas a resistir —como tantas veces antes—, sino a imponer condiciones, a marcar el ritmo, a demostrar carácter. Y lo logró con autoridad.

Tormenta eléctrica antes de la Tormenta Naranja

El cielo pareció anunciar lo que venía. Una tormenta eléctrica retrasó el inicio casi una hora, como si la naturaleza misma quisiera preparar el escenario para algo memorable. Cuando el balón por fin empezó a rodar, la electricidad se trasladó al césped: un clásico tejano con historia viva, con ese roce inconfundible de los derbis, con tensión desde el primer segundo.

Durante los primeros 45 minutos, ambos equipos se midieron con estrategia y cautela. El momento más vibrante llegó cuando Anderson Julio sorprendió con un disparo desde su propio campo, obligando a Jonathan Bond a retroceder a toda velocidad para evitar un gol de antología.

El entretiempo llegó con el marcador en blanco, pero entre los fieles naranjas se sentía: algo grande estaba por ocurrir.

Dos golazos que cambiaron la historia

Y ese “algo” llegó sin demora.

En el minuto 64, Jack McGlynn —el zurdo de técnica fina— encontró espacio por la derecha, recortó con elegancia hacia su pierna dominante y sacó un zurdazo letal al ángulo. Una obra de arte, marca registrada. Ese momento encendió definitivamente al Dynamo, que comenzó a creer, a pisar fuerte, a escribir un nuevo capítulo.

Dallas buscó reaccionar, pero Houston ya tenía el control total del juego. Y al minuto 81, Griffin Dorsey —el incansable motor por la banda— se combinó a la perfección con Toyosi Olusanya, se internó con decisión en el área y definió con clase al segundo palo.

2-0. Historia sellada. Un gol que se graba en la memoria colectiva del hincha naranja.

El símbolo vuelve a su hogar

Con esta victoria histórica, el Dynamo no solo puso fin a 14 años sin ganar en Frisco. También aseguró la serie del Texas Derby 2025 y recuperó a El Capitán, el emblemático cañón que simboliza la hegemonía futbolística en Texas.

No es simplemente un trofeo. Es un emblema de identidad, de orgullo regional. Y ahora vuelve a su hogar: Houston.

Un punto de inflexión

Este triunfo llega en un momento clave para el equipo de Ben Olsen. Tras un inicio de temporada con altibajos, el conjunto naranja empieza a mostrar la solidez que su afición esperaba, con jóvenes que se afianzan y veteranos que responden cuando más importa.

El calendario no da tregua —el miércoles espera Austin por la Lamar Hunt U.S. Open Cup en otro duelo texano cargado de intensidad—, pero el espíritu del equipo ha cambiado. Esta victoria en Dallas es mucho más que tres puntos o un trofeo: puede ser el punto de partida hacia algo grande.

Porque en noches como esta se construyen las temporadas inolvidables. Y el Houston Dynamo, con El Capitán de vuelta en casa, parece más listo que nunca para lo que viene.

¡El Capitán ha vuelto! ¡Houston, celébralo con orgullo!

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